CABRESTANTES. Los cabrestantes son unos conos truncados verticales, en cuya parte superior y exterior se taladran varios agujeros con el fin de introducir en ellos unas barras ó espeques; se colocan con toda la firmeza posible para que la gente obrando sobre esta especie de palancas ó barras, y haciendo girar el cabrestante al rededor de su eje, puedan ejecutar las maniobras que exigen la mayor fuerza, tales á bordo, como la de levar anclas, izar masteleros de gavia, &c.
Cada cabrestante se compone de su madre, que es la pieza principal, y de los guarda-infantes, que concluyen su círcunferencia. La cabeza de cabrestante termina en figura redonda, que se llama sombrero ó cabeza, y en esta parte es donde se taladran las aberturas para las barras, que se llaman bocabarras; cada cabrestante tiene á su lado y sobre la cubierta un taco, uno á babor y otro á estribor, que sirve de punto de apoyo á los dos linguetes, é impiden que el cabrestante vuelva sobre sí cuando se quiere suspender el trabajo ó cesar de obrar sobre las barras; y estos se llaman linguetes, que van clavados con un perno sobre el bao de la cubierta principal, y en los del combés y castillo en sus respectivas cubiertas; y en varios buques en lugar de ser de madera son de fierro.
Hay dos cabrestantes en los navíos y fragatas, uno que se llama cabrestante mayor, tanto por ser de dimensiones mas fuertes, como por ser doble, esto es, que su madre es de un largo tal, que permita formar sobre el primero un segundo cabrestante, al cual se aplica tambien la fuerza de la gente: por lo cual vemos que estos dos del cabrestante mayor no pueden girar el uno sin el otro.
El cabrestante mayor se coloca sobre la primera cubierta á popa de la escotilla de la despensa; pero su exacta situacion depende de la distancia comprendida entre el palo mayor y el de mesana. Muchos constructores lo colocan á los tres quintos del intervalo comprendido entre estos palos.
Los dos baos de la primera cubierta destinados á sostener el cabrestante mayor, deden haberse aproximado uno á otro al tiempo de su colocacion á una distancia poco mayor que el gran diámetro de este cabrestante.
El mayor diámetro del cabrestante principal es, segun regla generalmente recibida, de una pulgada por pie de la mayor anchura del buque; la madre sola debe tener la mitad de este diámetro. El cabrestante superior que, como se acaba de decir, es una continuacion del cabrestante inferior, no deberá tener su diámeto mayor de los dos tercios del cabrestante inferior. Los guardainfantes cubren la madre y concluyen la circunferencia del cabrestante. Estos guardainfantes se labran de una madera dura, son de seis á doce en número, segun el cabrestante. Estos son los que forman su figura cónica, y en su cabeza alta disminuyen de la mitad de su grueso y ancho de su pie: en cada uno se coloca un henchimiento en forma de solera, para rellenar el hueco, y sobre estos enchimientos se ponen malletes que suben hasta la cara alta de los guardainfantes, empernándose con todas estas piezas. La altura del cabrestante, tanto inferior como superior, deberá arreglarse de modo que la altura de la barra venga á la del pecho del hombre que debe obrar sobre ella, en la cual se comprende la elevacion de su cono y cabeza. El diámetro del cabrestante en la cúspide del cono es menor de 1/12 del grande diámetro, y el diámetro de su cabeza no disminuirá sino de 1/24:se colocan doce barras ó palancas en cada uno de los dos cabrestantes: las aberturas en que se introducen las barras se hacen en la cabeza y se llaman bocabarras: estan de modo colocadas que hombres de una regular estatura puedan apoyar sobre ellas con toda su fuerza.
El largo de las barras debe ser proporcionado al diámetro del cabrestante, de modo que cuatro y aun cinco hombres puedan obrar de frente sobre cada barra. Su escuadreo es el sexto del diámetro de la madre. Las aberturas ó bocabarras donde entran las barras, se fortifican con grampones de fierro, para resguardarlas de que pierdan su forma con el esfuerzo de las barras. La cabeza tambien está reforzada con cuatro círculos ó zunchos de fierro, de los culas dos se sitúan en el canto inferior y superior de las bocabarras, y los otros dos en la cara baja y alta de la cabeza; y para que esta no tenga juego, se fijan unas alcayatas par debajo de distancia en distancia.
El extremo inferior de la madre del cabrestante entra en una carlinga sólidamente colocada sobre los dos baos de la primera cubierta que sostienen el cabrestante. La madre gira en esta carlinga.
Modernamente se ha imaginado poner al rededor de la parte inferior del cabrestante á modo de un rosario de ruedas, que evitan el que los cabos que se envuelven y dejan sobre el cabrestante, se metan por debajo; este inconveniente, que sucedia algunas veces, obligaba á desvirar el cabrestante causando una pérdida considerable de tiempo. Este rosario se compone de nueve á diez ruedas verticales, que juegan mitad dentro y mitad fuera de la circunferencia del cabrestante: sus proporciones son relativas á las dimensiones de los cabrestantes; su cordon se asegura sobre los tablones de la cubierta.
El segundo cabrestante ó segunda parte ó cono de éste, se coloca sobre los baos de la segunda cubierta, como el cabrestante inferior sobre los de la primera: su madre pasa y gira por una fogonadura establecida sobre los dos baos de la segunda cubierta, situados á este intento; se labra del mismo modo, y siguiendo sus proporciones, que no consisten en otra cosa que en la diminucion de diámetros.
El cabrestante mayor no se pone en su lugar hasta depues de concluida la construccion del buque; se le hace pasar por los baos de alcázar, y por los de la segunda cubierta; se hace encajar el gorron de su madre en la carlinga que le está preparada sobre la primera cubierta: esto obliga á dejar entre los dos baos del alcázar, que caen sobre el cabrestante, un hueco igual al mayor diámetro del cabrestante.
Las fregatas y demas buques ligeros, tienen el primer cuerpo de su cabrestante mayor sobre la cubierta de su batería, y el segundo se eleva sobre el alcázar.
El cabrestante menor ó de popa se coloca en los navíos y fragatas, entre el palo trinquete y el horno á proa del castillo; sus proporciones diametrales son menores de dos tercios que el diámetro grande del cabrestante mayor. La madre sola, ó eje, baja sobre la segunda cubierta, y encaja tambien en su carlinga su gorron.
Este cabrestante sirve para todas las maniobras de la parte de proa del buque, que exigen la mayor fuerza: por último, los cabrestantes tienen la ventaja de multiplicar considerablemente la fuerza de la gente.
La mayor parte de los buques mercantes no tienen cabrestantes, sino un molinete establecido á proa del buque, cuyos dos extremos del eje están asegurados y juegan sobre dos gualderas que se llaman columnas de molinete. Estos molinetes están agujereados en su extension de varias aberturas, é introduciéndose por ellas espeques, los hombres cargan con toda la pesantez de sus cuerpos sobre el extremo de estas palancas verticales introducidas en aquellas, que se quitan y vuelven á introducirse en otras aberturas que sucesivamente se presentan. Esta clase ó especie de molinete, y este modo de virar solo se usa en los buques pequeños de comercio.
D. Timoteo O-Scanlan: Cartilla practica de construccion naval, dispuesta en forma de vocabulario, con algunos apéndices, y las nomenclaturas francesa, inglesa é italiana, con su correspondencia en castellano; para uso de los principiantes en este ramo tan esencial de la marina.
Imprenta Nacional, Madrid, 1847 [2nd]. pp 23-27.
First edition 1829.
Transcribed by Lars Bruzelius
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